¿QUÉ NOMBRE TE HA PUESTO JESÚS?
En una ocasión Jesús pregunta a sus discípulos “¿quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”, más o menos indagando: “¿cómo ve la gente mi identidad, qué dicen de mí?”, y la respuesta es diversa: “creen que eres Juan el Bautista, otros Elías, Jeremías o cualquier otro profeta”. Y es que así es la vida, ven a Jesús como cualquier otro, menos como lo que realmente era. ¿No te ha pasado?, y seguramente que tú mismo muchas veces te ves como cualquier cosa, menos como lo que realmente eres. PILAS DE CÓMO TE VES!
En una ocasión Jesús pregunta a sus discípulos “¿quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”, más o menos indagando: “¿cómo ve la gente mi identidad, qué dicen de mí?”, y la respuesta es diversa: “creen que eres Juan el Bautista, otros Elías, Jeremías o cualquier otro profeta”. Y es que así es la vida, ven a Jesús como cualquier otro, menos como lo que realmente era. ¿No te ha pasado?, y seguramente que tú mismo muchas veces te ves como cualquier cosa, menos como lo que realmente eres. PILAS DE CÓMO TE VES!
Y cuando el Señor les pregunta
a los apóstoles su propia opinión, Simón le responde: “Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente”. Y por ese
motivo, por haber reconocido la verdad de Jesús, su identidad, por haber
aceptado quien realmente era el Señor, aquel Simón recibía una nueva y más
poderosa “identidad”, pues Jesús lo bautizó como “Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi iglesia”, le dijo. El Señor
quiso darle un nuevo y más trascendente sentido a la vida de Pedro, no solo
poniéndole nombre, sino, encaminando su existencia, proyectándola,
arreglándola.
Dios nos da una nueva
identidad, un nuevo sentido, un nombre con un propósito poderoso que tal vez no
imaginamos, pero que debemos descubrirlo, creerlo y vivirlo, para que con esta
renovada manera de ser podamos influenciar en nuestro entorno a las personas
que se encuentran perdidas, sin identidad y sin nombre.
¿Qué nombre te ha puesto
Jesús?, seguramente uno poderoso, fuerte como piedra, lleno de vida, de
alegría, de triunfos, de fe. Y si crees
que no lo ha hecho, pues es el momento de acercarte a Él y decirle: “tú eres
Cristo, el Hijo de Dios,… ¿cómo me quieres llamar?”
S.G. Arcos
Mateo 16. 13 – 20
Mateo 16. 13 – 20