Cuando andamos divagando,
distraídos, no ponemos atención, reflexionamos en cosas quizás absurdas y damos
vueltas en la mente, es que estamos “pensamos en la inmortalidad del cangrejo”. En otras palabras, PERDEMOS EL TIEMPO. Entonces vale preguntarse, a qué le doy
prioridad.
En la actualidad le damos mucho
tiempo al trabajo y a los estudios, porque pasamos horas en nuestras
instituciones y cuando llegamos a casa seguimos en lo mismo, y en cierta forma
está bien. El deporte ahora tiene su
importancia, pero aún nos cuesta porque “no hay tiempo”. Nos tomamos algunos minutos para el cuidado
personal, sobre todo las mujeres (dicen algunos). Por
ahí leí alguna vez (no sé si sea verdad) que Einstein tenía todas sus mudas de
ropa iguales, porque decía no tener tiempo para pensar en qué ponerse. Y el tiempo con la familia no siempre es el
mayor, recuerda que no es lo mismo estar en casa que compartir en hogar. Podemos pasar muchas horas bajo nuestro techo
pero desperdiciarlas en la televisión, la computadora, celular, etc.
Por correo circulaba la
historia de aquél hombre que pasó horas exageradas en su trabajo para hacer que
su empresa crezca y demostrar su compromiso, dejando a un lado a su
familia. El hombre enfermó y finalmente
murió volviéndose irremplazable como esposo y padre, pero rápidamente
sustituido en su puesto de trabajo. Es
que no siempre nos damos cuenta a quién le estamos entregando nuestra
vida. Tu existencia va más allá, no en
un escritorio, oficina o una monótona actividad.
Una vez el Apóstol Pablo
escribió que: “tengamos cuidado de nuestro comportamiento, que vivamos como
gente que piensa lo que hace y no como tontos”.
Y es que muchas veces nuestra manera de ser con los demás nos lleva a
hacer tonterías pues no reparamos en nuestro comportamiento. Vivimos divagando como necios, pensando en la
inmortalidad del cangrejo.
Pero en vez de vivir así, dice
la Biblia, “aprovechemos todas las oportunidades para hacer el bien en este
tiempo malo y difícil”. Porque si
volteamos la mirada nos damos cuenta en seguida que existen problemas de toda
índole a nuestro alrededor, y ahora es nuestra oportunidad de hacer algo bueno
por los demás. Hoy porque mañana podría
ser muy tarde. Hoy busca a tus padres,
hijos, hermanos, amigos para reconciliarte.
Hoy dile a tu pareja que la amas.
Hoy cumple tus propósitos. Hoy sana
la tierra, porque los días son muy malos.
Hoy dejemos de actuar como tontos y revisemos nuestro comportamiento
para ver a qué le estamos dedicando el tiempo.
Cuando dejamos de distraernos
en la vida llegamos a entender lo que Dios quiere que hagamos, dejamos la
tontería a un lado y no solo que comprendemos sino que empezamos a vivir y
cumplir nuestros propósitos en la tierra.
Y cuando Pablo escribe esta carta a los efesios, les hace entender que
pasar borrachos les quitará el control, entonces comprendemos que cualquier
vicio que nos ate, nos va a quitar la voluntad sobre nuestros actos y
nuevamente actuaremos como necios perdiendo el tiempo. ¿Voy a dejar que un vicio me descontrole, o
permitir que el mismo Dios me llene y me controle?
Si revisamos nuestro actuar y
aprovechamos el tiempo en estos días difíciles, nos preocupamos por los demás,
vivimos bien los unos con los otros hoy, porque mañana podría ser demasiado
tarde.
¿Cuánto tiempo más vas a
quedarte pensando en la inmortalidad del cangrejo, permitiendo que tu vida y la
de los demás sigan pasando?
S.G. Arcos
-sGv-
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